septiembre 12, 2011

RICARDO FLORES MAGÓN (1874 - 1922) : NACIONALISTA Y LIBERTARIO



Ricardo Flores Magón fue un notable periodista, político, dramaturgo y anarquista mexicano, nacido en Eloxochitlán, Oaxaca, el 16 de septiembre de 1874 y fallecido en Kansas, EE. UU. el 21 de noviembre de 1922. Uno de los tres hermanos Flores Magón.

Hijo de una familia de tradición liberal, fue el segundo de tres hermanos. Su madre fue Margarita Magón, hija de hispanoamericanos , originaria de la Ciudad de Puebla y su padre Teodoro Flores, un militar mestizo con el grado de teniente coronel, avecindado entre indígenas mazatecos, que combatió en contra de la invasión estadounidense; en la Guerra de Reforma, en el ejército liberal de Benito Juárez; también participó en la batalla del 2 de abril de 1867, bajo el mando de Porfirio Díaz, donde los liberares vencieron las tropas del Imperio de Maximiliano en Puebla.[1] [2]
 Los primeros años de su vida transcurrieron en el estado de Oaxaca, donde convivió con indígenas de la Sierra Mazateca. A la edad de 8 años emigró con su familia a la Ciudad de México, donde cursó estudios en la Escuela Nacional Preparatoria e inició la carrera de abogado en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, la cual no concluyó.[3]
En 1892 participó en los disturbios estudiantiles en contra de la tercera reelección de Porfirio Díaz en la presidencia de México, y colaboró como periodista en el periódico de oposición El Demócrata, dirigido por Joaquín Clausell.
Entre 1897 y 1900 vivió en el distrito de Mazatlán de la Flores, Oaxaca, donde trabajó como contador en "Compañía Siordia y Flores Magón, comerciantes, importadores, exportadores y comisionistas".[4]

Fundación de Regeneración

Protesta en las oficinas del periódico antiporfirista El hijo de El Ahuizote en 1903.Regresa a la Ciudad de México en 1900 y junto con su hermano mayor, Jesús, funda el periódico jurídico Regeneración. Un medio independiente desde donde critican la corrupción del sistema judicial del régimen dictatorial de Porfirio Díaz; causando así su encarcelamiento.
En 1901, asiste al Primer Congreso de Clubes Liberales en la ciudad de San Luis Potosí, en el cual ataca con rudeza al gobierno de Díaz. En consecuencia, el periódico fue suprimido y Ricardo Flores Magón nuevamente encarcelado. En 1902, arrendó el periódico de sátira política El hijo de El Ahuizote en el que colaboraba José Guadalupe Posada con caricaturas cargadas de agudas críticas en contra del régimen de Díaz.
El 5 de febrero de 1903, junto con su hermano menor, Enrique, y otros liberales participa en la protestas que colocó en el balcón de las oficinas de El Hijo de El Ahuizote un gran crespón negro en señal de luto y la frase "La Constitución ha muerto" refiriéndose a la Constitución de 1857, promulgada también un 5 de febrero. Fue aprehendido una vez más y cuando fue liberado en 1904, partió rumbo a Laredo, Texas, exiliado con su hermano y otros compañeros.

Exilio y fundación del Partido Liberal Mexicano

Flores Magón preso en 1906.Exiliado en Estados Unidos, Flores Magón vuelve a publicar el periódico Regeneración y en 1905 participa en la constitución de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. El 1º de julio de 1906 preside la fundación del Partido Liberal Mexicano, junto con Juan Sarabia, Antonio I. Villarreal, Librado Rivera, Manuel Sarabia, Rosalío Bustamante y Enrique Flores Magón.
Entre los postulados del nuevo partido había ideas muy revolucionarias para aquella época, tales como la supresión de la reelección, la supresión de la pena de muerte para presos políticos y comunes, la obligatoriedad de la enseñanza elemental hasta los 14 años, el establecimiento de un salario mínimo, la expropiación de latifundios y tierras ociosas, así como la regulación y reducción de las jornadas de trabajo.
A principios de 1908 estando preso en Arizona se entrevistó con el periodista John Kenneth Turner, quien se ve motivado a realizar un viaje a México con el ánimo de constatar la situación social que Flores Magón le describió. Durante este periodo entabla relación con María Talavera Broussé, quien sería en adelante su compañera sentimental.
Permaneció en los Estados Unidos desde 1904, aunque pasó la mitad del tiempo en prisión, conducido de una ciudad a otra.

Participación en la Revolución Mexicana

Junta Organizadora del PLM en 1910. Anselmo L. Figueroa, Práxedis G. Guerrero, Ricardo Flores Magón, Enrique Flores Magón y Librado Rivera.Fue un precursor intelectual de la Revolución mexicana y desde 1906 promovió la lucha armada a todo lo largo de la frontera con Estados Unidos para extender la revolución social al resto de la República Mexicana a través de los múltiples grupos afiliados, la mayoría de manera secreta, al Partido Liberal Mexicano; sin embargo las actividades armadas del PLM no consiguieron influir en el resto del movimiento armado que estalló en 1910.
Francisco I. Madero, quien encabezó el levantamiento antireeleccionista en 1910, lo invitó a adherirse al Plan de San Luis para derrocar a Porfirio Díaz, sin embargo, Ricardo Flores Magón rechazó el ofrecimiento por considerar que la causa encabezada por Madero era una rebelión burguesa carente de propuestas sociales. Para Flores Magón la revolución política de Madero era insuficiente. Consideraba que ésta debería impulsarse junto con una revolución económica, y que era necesaria la abolición del Estado y la propiedad privada. En los años siguientes simpatizó con la lucha de los campesinos zapatistas en el Estado de Morelos.
Desde Los Ángeles, California continuó con las labores de agitación revolucionaria y tuvo contacto con anarquistas y socialistas estadounidenses, principalmente con militantes del sindicato Industrial Workers of the World (Trabajadores Industriales del Mundo), que simpatizaron con el esfuerzo revolucionario del Partido Liberal Mexicano. El 14 de junio de 1911 fue detenido y acusado junto con su hermano Enrique, Librado Rivera y Anselmo L. Figueroa de violar las leyes de neutralidad de los Estados Unidos y promover la rebelión de Baja California.
Después de la derrota en Baja California, la Junta Organizadora continuó sus actividades en California, para entonces el PLM se había dividido, otro grupo de tendencia moderada y cercano a Madero, se constituyó en la Ciudad de México, editó su propia versión de Regeneración y se deslindó de la "Junta Revolucionaria Anarquista de Los Ángeles". En respuesta, con los principales integrantes en la cárcel, la Junta en California publicó el manifiesto del 23 de septiembre de 1911 con rasgos claramente anarcocomunistas desde el que convocaban a los revolucionarios mexicanos a luchar contra la Autoridad, el Clero y el Capital.[5]
Aunque las actividades secretas de la Junta del PLM y la destrucción de sus archivos en los múltiples allanamientos policiacos hacen imposible contar con evidencias, testimonios posteriores afirman que existió correspondencia entre Ricardo Flores Magón y Emiliano Zapata[6] e incluso hubo invitación en 1913, a través de Antonio de Pío Araujo,[7] para que la Junta Organizadora del PLM se trasladara al Estado de Morelos donde le sería provisto papel e imprenta para publicar Regeneración a nivel nacional.[8] Sin embargo, la invitación no fue atendida, pues Flores Magón consideraba que el movimiento zapatista no iba más allá de exigir la restitución de la tierra a los campesinos morelenses.[9] Aunque Zapata se mantenía independiente y sin confiar en los constitucionalistas, para Flores Magón la revolución no era un asunto de confianza sino un conflicto entre capital y trabajo.[10]
Respecto a Pancho Villa, Flores Magón siempre le guardó antipatía desde que Villa fue un aliado incondicional del Francisco I. Madero al inicio del levantamiento armado. Más aún cuando en 1914, la anarquista Basilia Franco, cruzó la frontera para distribuir propaganda del PLM en Chihuahua y fue detenida y encarcelada por orden de Pancho Villa.
Ricardo y Enrique Flores Magón, en Los Ángeles.Al salir de prisión en 1914 se vuelve a incorporar a las tareas de edición de Regeneración. Pero la escasez de recursos provocó que la publicación del periódico se suspendiera a finales de 1915. Para entonces ya había muerto Anselmo L. Figueroa y decidió trasladarse con un grupo de compañeros a una granja ubicada en el distrito Edendale de Los Ángeles, en donde pusieron en práctica sus ideales.[11]
El 18 de febrero de 1916 fue arrestado en Edendale junto con su hermano Enrique, acusados de "depositar material indecente en el correo de los Estados Unidos" en referencia a unos artículos publicados en octubre y noviembre de 1915 en los cuales criticaba la política de Venustiano Carranza. El 19 de febrero fueron declarados presos, y la corte de Los Ángeles fijó una fianza 3000 dólares a cada uno. Permanecieron prisioneros hasta agosto de ese año, cuando un comité para promover su libertad, impulsado por Emma Goldman y Alexander Berkman, consiguió reunir el dinero de la fianza.[12]
El 16 de marzo de 1918 publicó en Regeneración junto con Librado Rivera un manifiesto dirigido a los anarquistas del mundo,[13] el cual motivó que ambos fueran encarcelados y sentenciados a 21 años de prisión en la penitenciaria de Mc Neil Island, en el estado de Washington, acusados de sabotear el esfuerzo bélico de Estados Unidos, que en ese entonces participaba en la Primera Guerra Mundial.

Muerte

Sepelio de Flores Magón, 1923.Muy enfermo fue trasladado de Mc Neil Island a la prisión militar de Leavenworth, Kansas, en donde falleció el 21 de noviembre de 1922. Existen 3 versiones concernientes a su muerte. La primera (oficial) indica que murió por causa de un paro cardíaco; la segunda, según su compañero y amigo Librado Rivera, afirma que fue ahorcado. La tercera cuenta que fue apaleado hasta morir por los custodios de la prisión.
Su cuerpo fue embalsamado y trasladado a México con el auspicio del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros para sepultarlo. El cuerpo llegó a Ciudad Juárez el 5 de enero de 1923 y llegó a la Ciudad de México el 15 de enero, obreros con banderas rojinegras se acercaban al tren fúnebre para rendir homenaje a Ricardo Flores Magón en los pueblos que hacía escala. El 16 de enero 10 000 acompañaron el cuerpo hasta el Panteón Francés, donde fue sepultado.[14] El 1 de mayo de 1945, sus restos mortales fueron traslados a la Rotonda de las Personas Ilustres.[15]
ReconocimientosIrónicamente una vez muerto, el Estado contra el que tanto luchó Flores Magón comenzó a reconcerlo como el gran precursor de la Revolución mexicana. En 1945, durante el marco de la conmemoración del día del trabajo sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres en la Ciudad de México. En 1993, la Cámara de Diputados decretó que se inscribiera en letras de oro el nombre de Ricardo Flores Magón en el muro de honor del Palacio Legislativo de San Lázaro.[16] En 2008 el Instituto Nacional de Antropología e Historia con el fin de hacer una compilación exhaustiva de los escritos de Flores Magón, hizo público en Internet el Archivo Electrónico Ricardo Flores Magón.
Al mismo tiempo, el pensamiento y la obra de Flores Magón continuó inspirando movimientos sociales que ha reivindicado el pensamiento "magonista" durante todo el siglo XX[17] y aún a principios del siglo XXI[18] en México.

Obra periodística

Primer ejemplar de Regeneración, 7 de agosto de 1900.La principal aportación periodística de Ricardo Flores Magón fue publicada en sus artículo de combate en Regeneración, periódico que sufrió múltiples interrupciones y como vocero oficial del Partido Liberal Mexicano y opositor a Porfirio Díaz, promovió y difundió sucesos revolucionarios.
En El hijo de El Ahuizote, publicación de corte satírico que arrendó en 1902, Flores Magón tiene otra participación importante junto con su hermano Enrique y el grabador José Guadalupe Posada, hasta que el periódico fue clausurado y Porfirio Díaz decretó que ningún periódico o escrito de los Flores Magón podría ser publicado en México, bajo pena de severos castigos a los impresores que lo hicieran y el decomiso de la imprenta. En ese tiempo también publicó sus artículos serios en Excélsior.
Entre 1902 y 1908 escribió bajo los seudónimos de Escorpión, Anakreón y Netzahualpilli.[19]

Publicación Lugar Fecha

El Demócrata México, D.F. 1893
Excelsior México, D.F. 1903 - ?
Diario del Hogar México, D.F. 1890 - 1913
El hijo del Ahuizote México, D.F. 1890 - 1903
Regeneración México, D.F., San Antonio, Texas, Saint Louis, Missouri, Los Ángeles, CA (1900 - 1901), (1904), (1905 -1906), (1910 -1918)
La Protesta Buenos Aires, Argentina 1906-1918
Revolución Los Ángeles, CA 1907 -1908
Tierra y Libertad Los Ángeles, CA 1908

Obra política

Fue el ideólogo precursor de la Revolución mexicana, y del movimiento revolucionario del Partido Liberal Mexicano (PLM). Flores Magón planteó su pensamiento político principalmente en artículos publicados en periódicos como El hijo de El Ahuizote y Regeneración, esta última publicación inspiró múltiples sublevaciones obreras contra la dictadura del General Porfirio Díaz.
Las ideas propuestas en el programa del PLM serían retomados por los hombres y mujeres que se levantaron en armas en 1910 en contra no sólo de la larga dictadura del General Díaz, como el levantamiento armado antireeleccionista de Francisco I. Madero, sino para luchar por Tierra y Libertad con el afán de extender una revolución social a todo el mundo. Parte importante de los postulados del Partido Liberal Mexicano fueron retomados por el movimiento constitucionalista que promulgó la Ley Obrera de 1915 y la legislación mexicana de 1917, e inspiraron el movimiento sindical de 1920.

Obra filosófica

Sepulcro de Ricardo Flores Magón en la Rotonda de las Personas Ilustres (México).Exploró las ideas de anarquistas contemporáneos y de la primera generación de filósofos e ideologos tales como Mijaíl Bakunin, Pierre-Joseph Proudhon, viéndose influenciado también por Eliseo Reclus, Charles Malato, Errico Malatesta, Anselmo Lorenzo, Emma Goldman, Fernando Tarrida del Mármol y Max Stirner. Aunque se acercó a la obra de Karl Marx y Henrik Ibsen, puede decirse que fueron los trabajos de Piotr Kropotkin los que más influyeron en la construcción de su propia concepción de la lucha revolucionaria. Su anarquismo se formó en parte de acuerdo a las bases del liberalismo mexicano, pero tomando en cuenta el sentido de autonomía y comunidad de los pueblos indígenas.[20]

Obra literaria

La obra literaria de Flores Magón compuesta por cuentos y breves relatos fue publicada inicialmente en el transcurso de la cuarta época de Regeneración en Los Ángeles, entre 1910 y 1917.[21]
Su pieza teatral, Tierra y Libertad fue escrita, publicada y representada en 1916. su segunda obra, Verdugos y víctimas fue escrita en 1918. Ambas fueron publicadas por el Grupo Cultural Ricardo Flores Magón en la Ciudad de México en 1924[22]

Referencias en obras artísticas

En el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947) de Diego Rivera, Ricardo Flores Magón aparece retratado detrás de José Guadalupe Posada y La Catrina.
En el mural Del porfirismo a la Revolución (1957-1966) de David Alfaro Siqueiros conservado en el Museo Nacional de Historia en la Ciudad de México, se muestra a Ricardo Flores Magón marchando junto con Mijaíl Bakunin y Pierre-Joseph Proudhon.
En el grabado Homenaje a José Guadalupe Posada de Leopoldo Méndez se muestra a Flores Magón en el taller de José Guadalupe Posada mientras el grabador observa por la ventana como la policía a caballo disuelve una manifestación en una calle lateral al Palacio Nacional en 1902, entonces Flores Magón editaba El hijo de El Ahuizote en el que Posada colaboraba con caricaturas satíricas.
En la película El Principio (1972), ópera prima de Gonzalo Martínez Ortega ambientada en Chihuahua en la época revolucionaria, una mujer es asesinada por soldados de Victoriano Huerta frente a una bandera rojinegra con el retrato de Flores Magón.
En un grabado de Carlos Cortez, del Movimiento Artístico Chicano (1978) se muestra a Flores Magón preso en una celda mientras sostiene un pliego en la mano con un fragmento de una carta dirigida a Elena White en 1920 en la cual hace una reflexión y expresa su desacuerdo con la noción de "el arte por el arte mismo".
La película Ora sí ¡tenemos que ganar! (1978) del cineasta Raúl Kamffer trata sobre la agitación magonista en un centro minero, Flores Magón aparece preso y es ayudado por gente del pueblo para que siga escribiendo en el periódico Regeneración.
En el guion cinematográfico Zapata (1995) de José Revueltas, Emiliano Zapata asiste a una reunión en una trastienda en la que el profesor Otilio Montaño le presenta a Ricardo Flores Magón, unos años antes de que Zapata se levantara en armas.
En el Mural de Taniperla (1998) pintado por indígenas tzeltales para celebrar la inauguración del Municipio Autónomo Zapatista "Ricardo Flores Magón", Chiapas. Magón aparece en la parte izquierda detrás de las montañas con cananas y aperos de labranza, su mano derecha está dentro de un zurrón con los nombres de los periódicos en los que escribió, de su mano izquierda caen letras que forman la palabra Libertad como si fueran semillas.[23]

Citas

“Yo quería hacer un hombre de cada animal humano; ellos, más prácticos, han hecho un animal de cada hombre y se han hecho ellos mismos pastores del rebaño. Sin embargo, prefiero ser un soñador que un hombre práctico.”
"La dictadura de la burguesía o del proletariado, es siempre tiranía y la libertad no puede alcanzarse por medio de la tiranía."
"¿Qué es lo que el hombre tiene que ofrecer a la gracia y al amor universal? Fue formado de tal manera que puede colocar firmemente su pie sobre la Tierra y levantar su cabeza al azul, de modo de circundar su frente con coronas de estrellas y de soles. Se le dieron las alas más poderosas con que pudiera explorar los rincones más remotos del infinito: las del pensamiento. Sin embargo, él se arrastra encadenado y azotado, llenando el espacio con sus lamentos, cuando debería de hacerlo estremecer con himnos de triunfo y alegría."
"Pero cualesquiera que sean mis sufrimientos, me complazco en haber tratado de hacer del hombre una parte de lo Hermoso.”
"Las relaciones sociales entre los hombres se han pervertido tanto, que es más fácil obrar mal que conducirse correctamente."
"Mientras el pobre se conforma con ser pobre; mientras el oprimido se conforma con ser esclavo, no hay libertad, no hay progreso. Pero cuando la discordia tienta el corazón de los humildes; cuando viene y les dice que mientras ellos sufren sus señores gozan, y que todos tenemos derecho a gozar y vivir, arden entonces las pasiones y destruyen y crean el mismo tiempo; talan y cultivan, derriban y edifican. ¡Bendita sea la discordia!"
“Ten fe en el progreso. La madre Tierra se enorgullecerá dentro de poco al ser pisada por hombres en vez de rebaños. El sol comienza a besar sus frentes en lugar de quemar sus espaldas. ¡Ánimo, hermano!”
"No queremos ricos, no queremos sacerdotes ni gobernantes; no queremos bribones que exploten las fuerzas de los trabajadores; no queremos bandidos que sostengan con ley a esos bribones, ni malvados que en nombre de cualquier religión hagan del pobre un cordero que se deje devorar de los lobos sin resistencia y sin protesta. Porque cualquiera que esté una pulgada arriba de nosotros es enemigo"
"Así viven las clases dominantes: del sufrimiento y de la muerte de las clases dominadas, y pobres y ricos, oprimidos y déspotas, en virtud de la costumbre y de las preocupaciones heredadas, consideran natural este absurdo estado de cosas"
"El derecho de rebelión es sagrado porque su ejercicio es indispensable para romper los obstáculos que se oponen al derecho de vivir. Rebeldía, grita la mariposa al romper el capullo que la aprisiona; rebeldía, grita la yema al desgarrar la recia corteza que le cierra el paso; rebeldía, grita el grano en el surco al agrietar la tierra para recibir los rayos del sol; rebeldía, grita el tierno ser humano al desgarrar las entrañas maternas; rebeldía, grita el pueblo cuando se pone de pie para aplastar a tiranos y explotadores. La rebeldía es la vida; la sumisión es la muerte."

Referencias

1.↑ En la biografía de Enrique Flores Magón, escrita por Genaro Amezcua, publicado en Historia Obrera No. 17, Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero Mexicano, Segunda Época, Vol. 5, 17 de septiembre de 1979., Amezcua asegura que Teodoro Flores fue indio de origen nahua puro, y Margarita Magón, mestiza hija de español e india. Sin embargo en un ensayo, Hilario Topete, afirma que Teodoro Flores fue un mestizo avecindado entre mazatecos, mientras que Margarita Magón fue hija de padres hispanoamericanos. Topete Lara, Hilario.
2.↑ Los Flores Magón y sus circunstancias, Contribuciones desde Coatpec, enero-junio No. 008 Universidad Autónoma del Estado de México, (2005). pp.71-133. Toluca, México. ISSN (Versión impresa): 1870-0365 MÉXICO
3.↑ Biografía de Flores Magón, Sitio Campesino.]
4.↑ Nota en la carta a Enrique Flores Magón, Oaxaca, 23 de julio de 1899. Archivo Electrónico Ricardo Flores Magón (AE-RFM), 2008.]
5.↑ Manifiesto del 23 de septiembre de 1911.
6.↑ En "Biografía de Enrique Flores Magón". Jenaro Amezcua relata que a través de José María Rangel (liberal) y Genovevo de la O (zapatista), circuló correspondencia entre Flores Magón y Zapata, según declaraciones del mismo Enrique Flores Magón en 1943. Publicado en Historia Obrera No. 17, Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero Mexicano, Segunda Época, Vol. 5, 17 de septiembre de 1979.
7.↑ ¡Tierra y libertad!, ¿lema zapatista? La Jornada del Campo, No. 7, 8 de abril de 2008. Suplemento Informativo de La Jornada.
8.↑ Influencias Anarquistas en la Revolución Mexicana Cap. 11, Zapata, Ricardo Flores Magón y el anarquismo, Jason Wehling.
9.↑ Hernández Padilla, Salvador (1984). El Magonismo: Historia de una pasión libertaria 1900-1922. Ediciones Era. ISBN 968-411-199-1. pag. 195.
10.↑ Hernández Padilla, op. cit., pag. 196.
11.↑ Ricardo Flores Magón, Una vida en rebeldía Salvador Hernández Padilla. Ed. Antorcha. 2003.]
12.↑ Greetins Comrades! Carta de Ricardo y Enrique Flores Magón desde la Cárcel de Los Ángeles, 7 de marzo de 1916. AE-RFM
13.↑ Manifiesto del 16 de marzo de 1918 Ricardo Flores Magón y Librado Rivera, en Regeneración Tomo IV, No. 262. 16 de marzo de 1918. Wikisource.
14.↑ Ricardo Flores Magón, Chaz Bufe, Mitchell Cowen Verter (2005). Dreams of Freedom: A Ricardo Flores Magón Reader. AK Press. ISBN 1-904859-24-0. p. 370.
15.↑ Rotonda de las Personas Ilustres. «Ricardo Flores Magón». Segob. Consultado el 19 de julio de 2011.
16.↑ Crónica Parlamentaria, Cámara de Diputados, 20 de diciembre de 1993.]
17.↑ Año Ciudadano Ricardo Flores Magón, 1997-1998.]
18.↑ "No queremos ser parte del poder" Entrevista con Alejandro Cruz, Periódico Diagonal, Número 59. 19 jul - 5 sep 2007.]
19.↑ Obras Completas de Ricardo Flores Magón Volumen V (Seudónimos), Notas del Editor. Barrera Bassols, Jacinto. 2004.]
20.↑ Magonismo y Movimiento Indígena Beas, Juan Carlos y Ballesteros, Manuel. Septiembre 1997.]
21.↑ Notas sobre la sección Cuentos y relatos AE-RFM, 2008]
22.↑ Notas sobre la sección Teatro AE-RFM, 2008.
23.↑ Los Colores del Espejo. Valdez, Sergio, descripción del Mural de Taniperla

Bibliografía

Blaisdell, Lowell L. (1993). La revolución del desierto Baja California 1911. SEP/UABC. ISBN 968-6260-95-1.
Trejo, Rubén (2005). Magonismo: utopía y revolución, 1910-1913. Cultura Libre. ISBN 970-9815-00-8.
Ricardo Flores Magón, Investigación sobre anarquismo.



http://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_Flores_Mag%C3%B3n

julio 19, 2011

RAZA, ETNIA E IDENTIDAD: FACTORES POLITICOS EN AMERICA LATINA


I. "RAZA" Y ETNICIDAD COMO CONSTRUCCIONES SOCIALES

Raza y etnicidad son dos conceptos que a través del tiempo han respondido a distintos significados y contextos y que no se pueden comprender sólo a la luz de sus usos actuales, puesto que detrás de ellos existe una historia, un proceso a través del cual se transforman en construcciones y categorías sociales que se desdoblan en diversos significados y atributos según las distintas épocas, culturas y sociedades (Wade, 1997). En este capítulo pretendemos entregar algunas de las claves para comprender los procesos de génesis de la discriminación y exclusión por raza y etnicidad.

Las explicaciones de los significados sociales y culturales de raza y etnia se encuentra en el largo desarrollo de la historia de las ideas y pueden ser interpretadas a partir de los diversos contextos sociales, culturales y políticos en que se desarrollan. Al respecto, Wade propone la existencia de tres momentos históricos y contextos sociales de construcción del significado de “raza”. Un primer momento, que el autor denomina la etapa de “naturalización de las diferencias”; un segundo momento que denomina la “era del racismo científico”, y por último, la etapa que el autor señala como de “construcción social de la raza” (Wade, 1997).

La construcción de una terminología y una estructura ideológica de la raza es de antigua data pero su mayor desarrollo se produce durante el período que va del siglo XVI al siglo XVIII en Europa. La naturalización de la raza, su puesta en “clave científica”, tiene su origen en el auge y desarrollo de las ciencias naturales durante el período de la Iluminación. El naturalista Karl Linneus (1707-1778), por ejemplo, desarrolla un sistema clasificatorio por especies y género, una taxonomía del mundo natural, que ubica a las diferentes razas humanas como especies y subespecies. La clasificación se basa en características físicas y diferencias biológicas de las especies clasificadas, a las que se asociaban determinados atributos sociales y culturales.

De este modo, los rasgos y atributos físicos pasaban a formar un todo, donde cultura y sociedad parecían estar dominadas por una condicionante natural. El mecanismo para clasificar a los diferentes grupos y culturas humanas se realizaba bajo la misma lógica clasificatoria de plantas o animales (insectos, mamíferos, etc.), pero sin que en la práctica se diera cuenta de los fundamentos fisiológicos que sustentaban la operación, de tal modo que las diferencias fueron naturalizadas sin ser biologizadas (Wade, 1997: 7). Las medidas anatómicas, el tamaño de la cabeza y el color de piel comenzaron a ser clasificados como rasgos de tipologías raciales específicas, correlato de los supuestos niveles de inteligencia o estadios de civilización.

En la Europa de los siglos XVI al XVIII, el concepto de raza se construye también a partir de la exclusión gradual de aquellas culturas y sociedades que están fuera del ecúmene Cristiano –la “Cristiandad”– mediante la construcción de relaciones de alteridad (mecanismo de autodefinición en oposición al otro). Estas ideas fueron elaboradas durante el período de formación del capitalismo mercantil y se reafirma por los descubrimientos, conquista y posterior colonización de las “nuevas tierras”. En efecto, el colonialismo va a ser una fuente primordial para el surgimiento de ideas sobre las diferencias raciales entre los europeos y los pueblos “descubiertos”. La noción de la superioridad racial europea contrastada con la supuesta inferioridad y salvajismo de la periferia, serán parte de los procesos históricos a través de los cuales se construirán imágenes culturales de conquistados y conquistadores (Said, 1996).

Durante el siglo XIX, el desarrollo del racismo en Europa atraviesa por varios puntos de inflexión sobre los cuales se edificará parte del futuro discurso político de la “raza predominante” hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Hacia mediados del siglo XIX, el “racismo científico” alcanza su máximo apogeo con la difusión de las teorías de la evolución de las especies de Darwin, lo contradictorio es que, paralelamente a este desarrollo teórico e intelectual que reafirma las ideas de razas inferiores y superiores o con distintos grados de evolución, comienza el declive de la esclavitud. Pero el abolicionismo surge por imperativos del capitalismo industrial, cada vez más dependiente de la mano de obra asalariada, y no por una evolución en las ideas sobre igualdad racial. Por el contrario, el fin de la esclavitud y el desarrollo paralelo del “darvinismo social” permitirá que la idea de inferioridad racial siga presente sin que ello signifique una dominación tan espuria como la que hasta ese momento se había dado.

En el contexto de la formación de los Estados modernos, la construcción del racismo europeo tendría para Anderson (1983), su origen y expresión en la ideología de clase más que en la conformación de naciones y nacionalismos. La demostración de esto está en que la mayor parte de las manifestaciones de racismo en los Estados modernos se han dado dentro de las fronteras nacionales. El racismo como acción política justifica, según el autor, más los procesos de dominación internos que las intensiones de dominación extranjera de tipo colonial. Si pensamos desde esta perspectiva la situación de los pueblos indígenas y minorías étnicas y nacionales en América Latina y el Caribe, se refuerza la idea de la existencia de colonialismos internos a que hacen alusión diversos autores contemporáneos.

El siglo XX, es contradictorio en lo relativo a la construcción de la raza. Por una parte, durante la primera mitad del siglo se produce la convergencia entre el racismo científico y la política social del Estado. En segundo término, el desarrollo de las llamadas ciencias de la cultura como la antropología y la etnología comienzan a cuestionar las teorías vigentes hasta entonces.

La institucionalización política de la exclusión y opresión de las personas negras se expresa claramente en la situación de regímenes segregacionistas como el de los Estados Unidos hasta los años sesenta y en aquellas sociedades que después del abolicionismo transitan de una esclavitud formal a un sistema de dominación o “esclavitud informal” aún más complejo que el anterior, tal es el caso de Brasil y algunos Estados afrocaribeños. Sin embargo, el episodio de mayor trascendencia en la historia contemporánea de las relaciones raciales e interétnicas es el de la instauración del régimen nazi en Alemania y su conocida política xenofóbica y de exterminio de judíos, gitanos y otros pueblos. Esta terrible experiencia, sin precedentes en la historia de la humanidad, señaló el punto de partida para la necesaria ampliación de los derechos humanos respecto del “origen racial”. En este proceso le cupo un papel fundamental a las Naciones Unidas que, desde la difusión de la Carta de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, orientó la discusión en torno a la idea de no discriminación racial y, en consecuencia, su rechazo a las desigualdades sociales o negación de derechos civiles, políticos y culturales para determinados grupos de personas, sociedades o culturas basado en tales criterios.

Sin embargo, el peso del argumento racial ha seguido vigente superando la “objetividad” biológica e insertándose en el campo de la construcción social. Al igual que el género, lo biológico es el fundamento para la construcción de imágenes y estereotipos que varían según épocas, culturas y sociedades. Pero la raza, como señala Wade, existe no como puras ideas sino “como una categoría social de gran tenacidad y poder” (Wade, 1997: 14). De ahí su vigencia e importancia y el peso que aún tiene como mecanismo de dominación y exclusión social. De hecho la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (1963) emerge como una manera de detener el progresivo avance y recrudecimiento de nuevas formas de discriminación racial en numerosos Estados miembros del foro internacional.


II. ETNICIDAD, RAZA E IDENTIDAD

A diferencia de raza, etnicidad es un concepto de uso más reciente y de menor carga valórica. Etnicidad proviene del concepto griego ethnos que significa pueblo o nación; su uso generalizado ha emergido precisamente como reemplazo de la desprestigiada palabra raza. Pero, no es sólo un sinónimo, porque mientras raza se refiere a características fenotípicas, etnicidad se refiere a cultura y, específicamente, a diferencias culturales. La paradoja es que recientemente se ha retornado a una discusión que parecía superada ¿tales características culturales son adquiridas o forman parte de un conjunto predeterminado, incluso biológicamente? La pregunta parece retrotraer la discusión a la noción de raza.

Smith (1997) señala que existirían al menos tres corrientes de pensamiento sobre el significado de etnicidad. Por una parte, la opinión de que es una cualidad primordial, esto es “que existe de forma natural, desde siempre, que es una de las cualidades dadas de la existencia humana”. De manera opuesta a esta visión esencialista, se considera que la etnicidad es situacional, ya que según señala el autor “la pertenencia a un grupo étnico es una cuestión de actitudes, percepciones y sentimientos en que se encuentre el sujeto: a medida que va cambiando la situación del individuo, también cambia la identificación del grupo, o, por lo menos, la importancia de las identidades y discursos a las que se adhiere el individuo irá variando conforme pase el tiempo y las situaciones cambien” (Smith, 1997: 18).

Un tercer enfoque, es el que, según el autor, destaca los atributos históricos y simbólico-culturales de la identidad étnica. Según esta definición un grupo étnico es un tipo de colectividad cultural que hace hincapié en el papel de los mitos de linaje y de los recuerdos históricos, y que es conocida por uno o varios rasgos culturales diferenciadores, como la religión, las costumbres, la lengua o las instituciones (ibid, pag.18).

La opinión de Giddens (1991), reafirma el enfoque de Smith desarrollando una definición en que los rasgos y aspectos culturales son hitos definitorios de la etnicidad. No hay, por tanto, un vínculo explícito entre cultura y naturaleza cuando señala que etnicidad son “... Etnicidad son las prácticas culturales y perspectivas que distinguen a una comunidad dada de personas. Los miembros de los grupos étnicos se ven a sí mismos como culturalmente diferentes de otros agrupamientos en una sociedad, y son percibidos por los demás de igual manera. Hay diversas características que pueden servir para distinguir unos grupos étnicos de otros, pero las más habituales son la lengua, la historia o la ascendencia (real o imaginada), la religión y las formas de vestirse y adornarse”(Giddens, 1991).

El concepto de etnicidad tiene directa relación con el de identidad, ambos gozan de una gran movilidad en función de los contextos de uso, de las percepciones y atribuciones valóricas. No obstante, detrás de esta aparente inestabilidad conceptual, la etnicidad tiene la capacidad de reflejar los cambios culturales y movilidad geográfica de las personas en el mundo moderno (Wade, 1997: 19). De este modo raza y etnicidad se acercan y se alejan porque ambos conceptos son el reflejo de construcciones sociales (y culturales) que los sujetos elaboran y manipulan en función de diversos contextos. La diferencia, como ya se ha hecho mención, reside en que uno se construye –sobre todo- a partir de características fenotípicas mientras que el otro se vincula a la identidad étnica. Es preciso señalar que la idea de construcción social de las categorías y su movilidad no significa que las identidades sean inestables o precarias, éstas poseen un dinamismo y un cierto “nomadismo” sobre todo frente a las fugas, temporales y espaciales, que imponen los procesos modernidad y modernización. La permanencia de las identidades, su gran fuerza para explicar procesos de construcción de sentidos de pertenencia o de noción de un “nosotros” de una alteridad -como oposición o negación del “otro”-, demuestra claramente su eficacia simbólica y su poder de acción en el espacio social.

Asimismo, el concepto de identidad étnica tiene una mayor profundidad y estabilidad que la “identidad racial”, pues se sustenta no sólo en las características fenotípicas y sus significaciones sino que, además, se relaciona con un conjunto de “atributos” que una sociedad o comunidad étnica comparte de manera colectiva y de una generación a otra. Smith (1997) señala entre otros atributos: un gentilicio, un mito de origen común, uno o varios elementos de cultura colectiva de carácter diferenciador, una asociación con una “patria” específica y un sentido de solidaridad hacia sectores significativos de la población.

En todo caso, más allá de los factores de pertenencia o de los “atributos” a que se asocia la identidad étnica pareciera ser que el vínculo a una “comunidad imaginada” o el sentido de pertenecia y construcción de un nosotros y de una otredad es más fuerte que las marcas visibles y “objetivas” con que se intenta definir la identidad. Son en definitiva los propios sujetos y grupos humanos los que establecen las medidas, extensiones y, sobre todo, movilidad de su frontera indentitaria.


Extracto del ensayo: "Etnicidad, raza y equidad en América Latina y el Caribe" - CEPAL

enero 23, 2011

JOSE MARIA ARGUEDAS Y EL SOCIALISMO ANDINO



Perú: Arguedas y el socialismo mágico. Una primera aproximación
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Mientras los intelectuales “modernos” se afanan en predecir la “paulatina descomposición de las culturas andinas como efecto de los avances de la modernización”, tres décadas antes Arguedas, desconcertado primero y jubiloso después, se dedicó a estudiar el fenómeno inverso: la andinización de Lima, el centro de la cultura criolla y mestiza. Lima, empezó a ser invadida desde dentro por millones de indígenas que trajeron, además de su fuerza de trabajo para ofrecerla en el mercado, sus sueños, sus danzas y canciones y su extraordinaria espiritualidad, desconocida o desdeñada aún por la cultura oficial.

La vasta y notable producción de Arguedas ha sido examinada por numerosos especialistas, intelectuales, nacionales y extranjeros, desde Rouillón, Losada, Rama, Escobar, A. Cornejo Polar, Castro Klaren, Lienhard, Forgues, entre varios. William Rowe, en su libro Mito e ideología en la obra de José María Arguedas (1979) se pregunta: ¿Por qué Arguedas recurrió a una cultura sin literatura escrita? Y rememora la proposición desarrollada en el ensayo salvación del arte popular:

“Cuatrocientos años de catequización cristiana mediante cánticos y oraciones en quechua, y flagelación de los idólatras, dieron por resultado una afirmación más rotunda y honda de las antiguas creencias llamadas idolátricas. Esas creencias protegieron y protegen aún a la población subyugada”.

Arguedas puntualizó la necesidad de dar preferencia a la literatura oral, tanto porque su estudio sistemático apenas se había iniciado en el Perú, como porque es la expresión tradicional más vulnerable a los factores que impulsan los cambios de la cultura, extinguiéndose por esa causa más rápidamente que la música y la danza. Afirmó, además, que la cultura quechua funciona como una forma de defensa contra el mundo misti y enfatizó el dilema que plantea los lados positivos y negativos del mito. Yawar fiesta constituye un momento crucial en la trayectoria del autor, porque a partir de este libro comienza a ver el mito como un principio racional y un motor de acción, mientras que lo irracional está representado por el comportamiento de los mistis.

Nadie como él pinta, en forma magistral, el oprobio y la esperanza del campesinado en nuestra patria. La fuerza de la realidad subjetiva del universo andino caló tan hondo en su alma que su mensaje está impregnado de ese aliento. Tal vez por ello, sin oponer lo mítico a lo social-real, es que en una oportunidad escribió lúcidamente:

“No por gusto, como diría la gente llamada común, se formaron aquí Pachacamac y Pachacútec, Huaman Poma, Cieza y el Inca Garcilaso, Túpac Amaru y Vallejo, Mariátegui y Eguren, la fiesta de Qoyllur Riti y la del Señor de los Milagros; los yungas de la costa y de la sierra; la agricultura a 4, 000 metros; patos que hablan en lagos de altura donde todos los insectos de Europa se ahogarían; picaflores que llegan hasta el Sol para beberle su fuego y llamear sobre las flores del mundo. Imitar desde aquí a alguien resulta algo escandaloso. En técnica nos superarán y dominarán, no sabemos hasta qué tiempos, pero en arte podemos ya obligarlos a que aprendan de nosotros y lo podemos hacer incluso sin movernos de aquí mismo”.

Valorar lo andino, desde la dimensión arguediana, significa no sólo recordar los intihuatanas o relojes solares, o los poemas míticos como expresión de una gran cultura, sino alentar la necesidad de nuevas formas de relacionarse con los hombres y mujeres andinos y con los productos culturales de estas gentes, reivindicar su potencialidad y autonomía en los marcos de una convivencia política donde el racismo no siga condenándolos a la miseria y la enajenación permanentes, o a las masacres dentro de sus propias comunidades. Surge, entonces, una pregunta de respuesta indispensable: ¿De qué modo cumplir la relación positiva mito-liberación? La falsa contradicción entre modernidad y tradición, tan popular en las ciencias sociales en el Perú, es superada por Arguedas en su propuesta de un socialismo integrador, transparente, humanista. : “Fue leyendo a Mariátegui y después a Lenin que encontré un orden permanente en las cosas; la teoría socialista no sólo dio un cauce a todo el porvenir sino a lo que había en mí de energía, le dio un destino y lo cargó aún más de fuerza por el mismo hecho de encauzarlo. ¿Hasta dónde entendí el socialismo? No lo sé bien. Pero no mató en mí lo mágico”.

Una apuesta hacia el futuro


La propuesta de Arguedas despertó interés por la teorización acerca de la cultura nacional entre los humanistas, filósofos y científicos sociales recién al final del decenio del ‘70. Aníbal Quijano manifiesta preocupación, tanto por el rol del investigador social en el terreno cultural, como por la emergencia del grupo “cholo” como nuevo componente de la fisonomía social peruana; eje de sus ensayos es el tema de la dominación a través de la cultura. Dentro de similar perspectiva otros intelectuales y educadores se plantean diversas interrogantes y reflexiones sobre el carácter de la cultura y el problema de la identidad nacional en nuestro país: Augusto Salazar Bondy, José I. López Soria, Antonio Cornejo Polar, Manuel Baquerizo, Alberto Escobar, Guillermo Lumbreras, Wilfredo Kapsoli, Rodrigo Montoya, Alberto Flores Galindo, Manuel Burga, Carlos Iván Degregori, Nelson Manrique, Sinesio López, José Luis Ayala, Nicolás Matayoshi, entre otros, constituyen ejemplos de esta actitud.

En el verano de 1987 Alberto Flores Galindo fue laureado en Cuba por su trabajo Buscando un inca: identidad y utopía en los Andes. La perseverancia de los mitos y tradiciones y su correlación con los movimientos sociales de la historia andina son mostrados desde una perspectiva política audaz. Sin estar de acuerdo con la dimensión utópica que Flores Galindo sugiere para la simbología andina (particularmente considero que el discurso mítico encara mejor esta simbología, , hay que reconocer el aporte del historiador en desmitificar la "situación andina”, subrayando la humillante situación de andinos de carne y hueso, hambrientos de pan y de justicia. Para Arguedas, el “problema del indio” ¡eran los blancos!

Hoy día, aparece con más claridad que la única posibilidad para soldar esta fractura histórica de razas y culturas que se inició en el Perú hace 500 años, pasa necesariamente por dar una nueva dimensión a la solución de nuestros problemas. La desigualdad y violencia política actual ha terminado por dar cuenta de los peligros que se ciernen en el futuro si no exigimos el desmoronamiento de todo este andamiaje de códigos y normas racistas en que se asienta nuestro Estado. La lucha por una auténtica democratización del Estado ha devenido en un sector intelectual comprometido con la cultura andina, en un discurso que exige la necesidad de nuevas reglas de juego en lo económico, en lo político y en lo social.

Rosina Valcárcel




http://mariategui.blogspot.com/2011/01/peru-arguedas-y-el-socialismo-magico.html

enero 04, 2011

MANUEL GONZALEZ PRADA (1844 - 2011)

 
 
Escritor peruano, la figura más discutida e influyente en las letras y la política del Perú en el último tercio del siglo XIX. Su obra de poeta, pensador, ideólogo, periodista y reformador radical en todos los frentes, lo convierte en una personalidad de relieve continental en un momento dominado por el modernismo, al que contribuye por su elevado sentido del arte y su severa crítica del academicismo y del ya lánguido romanticismo.
Datos Biográficos

Nace en Lima el 5 de enero de 1844, en el seno de una tradicional familia católica llegando su padre a ser Vicepresidente de la República por el partido conservador durante el gobierno del General Echenique. Abandona sus estudios en el Seminario de Santo Toribio y más tarde sus estudios de derecho en el Convictorio de San Carlos por enseñarse el derecho romano en latín, lengua de la iglesia, que González Prada rechazaba por ser parte esencial del clero. Se recluyó al campo donde se dedicó a la química y a la experimentación agrícola.

Fue socio del Ateneo de Lima (el Club Literario de Ricardo Palma), pero poco a poco fue desilusionándose con la tradición literaria que predominaba allí. Participó en la fundación del Círculo literario, vehículo para proponer una literatura basada en la ciencia y orientada así hacia el futuro. Se alejó del partido Civilista para fundar con sus amigos del Círculo un partido radical, la Unión Nacional. Este partido lo nombró candidato presidencial, pero él negó su propio caudillaje, huyendo a Europa. En sus ensayos, divulgó las ideas positivistas de Auguste Comte. Sin embargo, terminó convirtiéndose en partidario del anarquismo, el elemento social más criticado por el filósofo francés.

Guerra con Chile

Durante la guerra con Chile (1879-1883) promocionó la organización del Ejército de Reserva para defender Lima del ataque chileno[2] quedando totalmente decepcionado de la cobardía y oportunismo de los grupos de poder enquistados en el Perú, cuando siendo designado segundo jefe del batallón de Reserva durante la defensa de Lima recibió la orden expresa del Presidente de no disparar. Esta amarga experiencia lleva a González Prada a encerrarse en su casa por dos años y marcará toda su trabajo posterior. En 1886 es proclamado Presidente del "Círculo Literario", el cual según él debía convertirse en un "Partido Radical de la Literatura". González Prada siempre fue rebelde. Después de la Guerra del Pacífico, salió de su casa (donde había permanecido como signo de protesta contra los chilenos), y se puso a criticar todo lo que fuera conservador, en discursos, en congresos y en el periódico de mayor importancia, El Comercio. Después de poco tiempo, había ofendido a todos. El Comercio negó a publicarlo más, y el joven anarquista se frustró.

Discurso en el Politeama

En 1888 da su famoso Discurso del Politeama en el que en nombre de la ciencia y la libertad denuncia a los militares, al clero y al hispanismo como causantes de nuestra situación de opresión e ignorancia y de la consecuente derrota en la guerra. Esto le causaría la posterior censura de todas sus apariciones públicas y de sus publicaciones. En 1891 González Prada funda el partido "Unión Radical" levantando las banderas del descentralismo, laicismo y del indigenismo. Ese mismo año viaja a Francia donde permanece hasta 1898. También viaja a España donde de relacionó con el anarquismo, que marcaría su pensamiento por el resto de sus días. A su regreso al Perú es silenciado por el gobierno por propagar ideas anarquistas, cerrando todo periódico donde apareciera alguna huella de González Prada y encarcelando a sus colaboradores.

Mauel González Prada

"La nobleza española dejó su descendencia dejenerada i despilfarradora: el vencedor de la Independencia legó su prole de militares i oficinistas. A sembrar el trigo i estraer el metal, la juventud de la jeneración pasada prefirió atrofiar el cerebro en las cuadras de los cuarteles i apergaminar la piel en las oficinas del Estado.

Los hombres aptos para las rudas labores del campo i de la mina, buscaron el manjar caído del festín de los gobiernos, ejercieron una insaciable succión en los jugos del erario nacional i sobrepusieron el caudillo que daba el pan i los honores a la patria que exijía el oro i los sacrificios.

Por eso, aunque siempre existieron en el Perú liberales i conservadores, nunca hubo un verdadero partido liberal ni un verdadero partido conservador, sino tres grandes divisiones: los gobiernistas, los conspiradores i los indiferentes por egoísmo, imbecilidad o desengaño.

Por eso, en el momento supremo de la lucha, no fuimos contra el enemigo un coloso di bronce, sino una agrupación de limaduras de plomo; no una patria unida i fuerte, sino una serie de individuos atraídos por el interés particular y repelidos entre sí por el espíritu de bandería. Por eso, cuando el más oscuro soldado del ejército invasor no tenía en sus labios más nombre que Chile, nosotros, desde el primer jeneral hasta el último recluta, repetíamos el nombre de un caudillo, éramos siervos de la Edad media que invocábamos al señor feudal. Indios de punas i serranías, mestizos de la costa, todos fuimos ignorantes i siervos; i no vencimos ni podíamos vencer.

Si la ignorancia de los gobernantes i la servidumbre de los gobernados fueron nuestros vencedores, acudamos a la Ciencia, ese redentor que nos enseña a suavizar la tiranía de la Naturaleza, adoremos la Libertad, esa madre enjendradora de hombres fuertes.

No hablo, señores, de la ciencia momificada que va reduciéndose a polvo en nuestras universidades retrógradas: hablo de la Ciencia robustecida con la sangre del siglo, de la Ciencia con ideas de radio jigantesco, de la Ciencia que trasciende a juventud i sabe a miel de panales griegos, de la Ciencia positiva que en sólo un siglo de aplicaciones industriales produjo más bienes a la Humanidad que milenios enteros de Teolojía i Metafísica.

Hablo, señores, de la libertad para todos, i principalmente para los más desvalidos. No forman el verdadero Perú las agrupaciones de criollos i estranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el Pacífico i los Andes; la nación está formada por las muchedumbres de indios diseminadas en la banda oriental de la cordillera.

Trescientos años há que el indio rastrea en las capas inferiores de la civilización, siendo un híbrido con los vicios del bárbaro i sin las virtudes del europeo: enseñadle siquiera a leer i escribir, i veréis si en un cuarto de siglo se levanta o no a la dignidad de hombre. A vosotros, maestros d'escuela, toca galvanizar una raza que se adormece bajo la tiranía del juez de paz, del gobernador i del cura, esa trinidad embrutecedora del indio. Cuando tengamos pueblo sin espíritu de servidumbre, i militares i políticos a l'altura del siglo, recuperaremos Arica i Tacna, i entonces i sólo entonces marcharemos sobre Iquique i Tarapacá, daremos el golpe decisivo, primero i último.

Para ese gran día, que al fin llegará porque el porvenir nos debe una victoria, fiemos sólo en la luz de nuestro cerebro i en la fuerza de nuestros brazos. Pasaron los tiempos en que únicamente el valor decidía de los combates: hoi la guerra es un, problema, la Ciencia resuelve la ecuación. Abandonemos el romanticismo internacional i la fe en los auxilios sobrehumanos: la Tierra escarnece a los vencidos, i el Cielo no tiene rayos para el verdugo.

En esta obra de reconstitución i venganza no contemos con los hombres del pasado: los troncos añosos i carcomidos produjeron ya sus flores de aroma deletéreo i sus frutas de sabor amargo. ¡Que vengan árboles nuevos a dar flores nuevas i frutas nuevas! ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra"!

Otras Obras

En 1907 González Prada publica "La anarquía" y Horas de lucha, una serie de ensayos críticos sobre la situación del indio, la iglesia católica y la situación social y política corrupta del Perú en todos los niveles. Como prosista, González Prada es recordado principalmente por Páginas libres (1894) y Horas de lucha (1908), obras en las que muestra una creciente radicalización de sus planteamientos. Defendió todas las libertades, incluidas la de culto, conciencia y pensamiento y se manifestó en favor de una educación laica. En el artículo Nuestros indios (1904), explicó la supuesta inferioridad de la población autóctona como un resultado del trato recibido, de la falta de educación. Como poeta, publicó Minúsculas (1901) y Exóticas (1911), que son verdaderos catálogos de innovaciones métricas y estróficas, como los delicados rondeles y triolets que adaptó del francés. Sus Baladas peruanas (1935), que recogen tradiciones indígenas y escenas de la conquista española, fueron escritas a partir de 1871

Al final de su vida finalmente recibe el reconocimiento del Estado que lo nombra director de la Biblioteca Nacional de Lima cargo que mantuvo hasta el final de sus días, salvo durante el breve percance de un golpe de Estado de 1914 a 1915 en el que él mismo renuncia en protesta. Fallece en 1918. Su obra literaria, así como su prestigio como activista librepensador son ampliamente reconocidos y difundidos por el sistema educativo peruano, aunque la difusión de su pensamiento filosófico y de la crítica a la influencia de Iglesia, que es central en su pensamiento, es mas bien restringida y poco promocionada.

Horas de lucha (fragmento)

"La República sigue las tradiciones del Virreinato. Los Presidentes en sus mensajes abogan por la redención de los oprimidos y se llaman protectores de la raza indígena5; los congresos elaboran leyes que dejan atrás a la Declaración de los derechos del hombre; los ministros de Gobierno expiden decretos, pasan notas a los prefectos y nombran delegaciones investigadoras, todo con el noble propósito de asegurar las garantías de la clase desheredada; pero mensajes, leyes, decretos, notas y delegaciones se reducen a jeremiadas hipócritas, a palabras sin eco, a expedientes manoseados. Las autoridades que desde Lima imparten órdenes conminatorias a los departamentos, saben que no serán obedecidas; los prefectos que reciben las conminaciones de la Capital saben también que ningún mal les resulta de no cumplirlas. Lo que el año 1648 decía en su Memoria el Marqués de Mancera, debe repetirse hoy, leyendo gobernadores y hacendados en lugar de corregidores y caciques: Tienen por enemigos estos pobres Indios la codicia de sus Corregidores, de sus Curas y de sus Caciques, todos atentos a enriquecer de su sudor; era menester el celo y autoridad de un Virrey para cada uno; en fe de la distancia, se trampea la obediencia, y ni hay fuerza ni perseverancia para proponer segunda vez la quexaf. El trampear la obediencia vale mucho en boca de un virrey; pero vale más la declaración escapada a los defensores de los indígenas de Chucuito.

No faltan indiófilos que en sus iniciativas individuales o colectivas procedan como los Gobiernos en su acción oficial. Las agrupaciones formadas para libertar a la raza irredenta no han pasado de contrabandos políticos abrigados con bandera filantrópica. Defendiendo al indio se ha explotado la conmiseración, como invocando a Tacna y Arica se negocia hoy con el patriotismo. Para que los redentores procedieran de buena fe, se necesitaría que de la noche a la mañana sufrieran una transformación moral, que se arrepintieran al medir el horror de sus iniquidades, que formaran el inviolable propósito de obedecer a la justicia, que de tigres se quisieran volver hombres. ¿Cabe en lo posible?

Entre tanto, y por regla general, los dominadores se acercan al indio para engañarle, oprimirle o corromperle. Y debemos rememorar que no sólo el encastado nacional procede con inhumanidad o mala fe: cuando los europeos se hacen rescatadores de lana, mineros o hacendados, se muestran buenos exactores y magníficos torsionarios, rivalizan con los antiguos encomenderos y los actuales hacendados. El animal de pellejo blanco, nazca donde naciere, vive aquejado por el mal del oro6: al fin y al cabo cede al instinto de rapacidad."

Pensamiento político

Los escritos políticos de González Prada se caracterizan por la crítica al Estado Peruano que el veía que servía a los intereses de la oligarquía limeña. En el ensayo "Nuestros Indios" se da un importante intento de pensar la realidad peruana y latinoamericana desde la posición anarquista. Allí primero cuestiona las concepciones de la sociología de su época y desarrolla un posicionamiento sobre la cuestión de la raza y su subordinación en ese contexto poscoloniales en el cual se entrecruza con una explotación de clase. Al final del ensayo propone que los indígenas construyan instancias comunitarias de autodefensa contra los latifundistas. En este aspecto afirma que "Hay un hecho revelador: reina mayor bienestar en las comarcas más distantes de las grandes haciendas, se disfruta de más orden y tranquilidad en los pueblos menos frecuentados por las autoridades"[1] Sus posiciones y análisis influirían en el pensamiento del marxista peruano José Carlos Mariátegui, a pesar de las divergencias profundas sobre el orden político a seguir.

Sus posiciones sobre el anarquismo y la anarquía están expuestas en su libro La anarquía de 1901. Allí recoge varios ensayos y expone lo que llama el "ideal anárquico" como "la libertad ilimitada y el mayor bienestar posible del individuo, con la abolición del Estado y la plutocracia.".[2]

Con respecto a la revolución afirma que:

"Desde la Reforma y, más aún, desde la Revolución Francesa, el mundo civilizado vive en revolución latente: revolución del filósofo contra los absurdos del Dogma, revolución del individuo contra la omnipotencia del Estado, revolución del obrero contra las explotaciones del capitalismo, revolución de la mujer contra la tiranía del hombre, revolución de uno y otro sexo contra la esclavitud del amor y la cárcel del matrimonio; en fin, de todos contra todo".[2]

Por otro lado en el texto se encuentran ensayos sobre diferentes temas como el primero de mayo, la Comuna de París, así como uno sobre "La policía" en donde analiza la esencia autoritaria y clasista de la institución policial así como su clara tendencia hacia la corrupción.